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Las ramas tiritan. Las tiesas ramas crepitan.

miércoles, 20 de agosto de 2014

EL INSPECTOR [Nikolai Gogol]

(fragmento)
 
JLESTAKOV. —¡Ni me hable! A la mesa, por ejemplo, sirven sandías que valen setecientos rublos. La sopa que está en la marmita acaba de llegar de París; uno levanta la tapa y sale un vapor nunca visto. Todos los días voy a bailes. Hemos formado un quinteto para jugar al whist: el ministro de Relaciones Exteriores, el embajador francés, el embajador inglés, el embajador alemán y yo. ¡A veces, uno se cansa tanto jugando!... Cuando uno vuelve a casa, sube al cuarto piso y sólo le quedan fuerzas para decirle a la cocinera: “Toma el abrigo, Mavra...” ¡Ah, qué tonto! Se me olvidaba que ocupo todo un piso en el primero. Tengo una escalera tan suntuosa que sólo eso me ha costado... Lo curioso es ver mi antesala cuando todavía no me he despertado: los condes y los duques se empujan y zumban allí de tal modo que pa-recen unos moscardones... A veces, aparece un ministro... Cuando me mandan un paquete, hasta suelen poner: “Para Su Excelencia”. En cierta ocasión, fui jefe de una repartición. Y, de pronto, el director general se fue..., no se sabe a dónde. Naturalmente, se empezó a hablar del posible sustituto. Hubo muchos generales que intentaron ocupar el cargo, pero tuvieron que dejarlo..., era demasiado difícil... La tarea parecía simple..., ¡pero, en realidad, era endiablada! Finalmente, vieron que no había nada que hacer...., y recurrieron a mí. Y empezaron a mandarme una legión de emisarios..., uno tras otro, uno tras otro. “¡Iván Aleksándrovich, venga a dirigirnos la repartición!” Confieso que me desconcerté un poco, salí a recibirlos en bata y quise negarme, pero pensé que el zar se enteraría de la negativa y que además eso sería una nota discordante en mi foja de servicios... “Buenos, señores, acepto el cargo”, les dije. “Así sea. Pero conmigo... ¡mucho ojo! ¡Mucho ojo! Porque yo...” Y, efectivamente, cuando paso por la repartición..., aquello parece un terremoto..., todo tiembla como una hoja. ¡Oh, nada de bromas conmigo! A todos ellos les hice marchar derechos. A mí me teme el propio consejo imperial. ¡Y claro! ¿Por qué no? ¡Yo soy así! No me importa nadie... Les digo a todos: “Yo sé quién soy”. Voy a todas partes. Visito el palacio a diario. Pronto me nombrarán minist... (Resbala y poco le falta para caer de bruces al suelo, pero los funcionarios lo sostienen respetuosamente).



 

viernes, 8 de agosto de 2014

Ceremonia Secreta [Marco Denevi]

 

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CEREMONIA SECRETA

Ceremonia secreta es la historia de una joven trastornada mentalmente que confunde a la solterona Leonides Arrufat con su madre muerta. La vieja terminará asumiendo ese papel, ilustrando así la recurrente intuición del autor en el sentido de que en todo ser humano hay, por lo menos, dos. Gradualmente el relato se inclina hacia lo criminal con la Arrufat como investigadora y figura clave.

La señorita Leonides se movió sobre su asiento del tranvía, tosió y se volvió hacia la persona ubicada a su lado. La muchachita la miraba fijamente, como a la espera de que sucediera algo. La señorita Leonides apartó la vista. Se sintió amenazada. Aquella joven había comenzado a envolverla, a comprometerla, le trasvasaba una carga, un peligro. Hasta la coincidencia de estar vestidas de luto creaba entre ambas un misterioso vínculo que las separaba de los demás y las colocaba juntas y aparte. Pero nadie es llamado gratuitamente por el destino. La señorita Leonides aún no lo sabía, pero desde ese momento comenzaba a formar parte de una ceremonia secreta.

jueves, 7 de agosto de 2014

La metáfora del pájaro negro

Por la paz en Medio Oriente

Oscuridad por la guerra guerra
innecesaria
guerra injusta guerra
injusta para los niños 

                               y los niños padres 
                                                         y sus padres hijos
de una casa en guerra guerra
cubierta de humo y

reconocida desconocida
                                    por cada estruendo
                                    por cada cuerpo
                   de la que fue víctima
                          en el suelo
                           de plomo
¡basta de derramamiento de sangre violenta!
si no hay
              paz no hay
                               amor
                               amor

sí hay un cielo palestino agobiado
lloro una bandera blanca 
que inunda las calles
y moja los pies a la masacre en masa

¡masacre en masacre!
no entiendo al poeta que escribe
se mezclan las gotas de agua dulce con las estruendosas espinas de plomo, 

¡no!
       son gritos 
los que se mezclan aclamadores de justicia 
                                                                  de paz
                                                                ante todo
en el pueblo teñido de rojo impotencia 

                               por culpa de pocos 
                                                            mueren muchos
                               ojos apagados y bien abiertos
donde la oscuridad reina, tomando más poder 

que el de la justicia 
inútil
cae la noche y una estrella fugaz asomándose 

termina siendo el fin
hasta el fin de los tiempos, donde los relojes se detienen
y la muerte dispara.





Creación colectiva de los alumnos de 5° año, ciclo secundario orientado, Colegio de la Ribera, (Formosa, Argentina)