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Las ramas tiritan. Las tiesas ramas crepitan.

sábado, 8 de marzo de 2014

Cuatro horas por día

Héctor Rey Leyes

He escuchado a algunos funcionarios, y a algunos periodistas amigos de los funcionarios, volver con aquello de que los docentes trabajan cuatro horas, de lunes a viernes y solamente nueve meses al año, para invalidar las luchas por la mejora en los salarios. Y de ahí deducen que, aunque es cierto que nuestros sueldos son bajos, también nuestra profesión es descansada. Y eso me ha llevado a preguntar por qué quienes opinan así no se han incorporado también a la docencia, ya que, siendo tan descansada, podrían hacer otras cosas al mismo tiempo. Pero sería interesante que lo intentaran, aunque para ello deberían contar con el título docente respectivo. Un detalle, nomás. Después deberían inscribirse en listas hechas al efecto y esperar que los llamen de alguna escuela o colegio, listas que se hacen sobre la base de los puntajes que cada aspirante debe exhibir, eso si algún acomodado político no les gana el lugar; pero eso no ocurre tan a menudo. Posiblemente los llamen de varios colegios y deban andar a los saltos para llegar de uno a otro, para redondear el sueldito a fin de mes; pero son solamente cuatro horas, de lunes a viernes, solamente nueve meses al año. Así, podrán tener cuarenta o cincuenta alumnos todos los días, en todas las aulas, podrán preparar las clases cuando estén cómodamente en sus casas, preparar las planificaciones, diseñar las evaluaciones, corregirlas también en sus casas, tomar exámenes tanto en verano como en invierno, y si sus alumnos no tienen éxito, posiblemente les echen la culpa a ustedes, pero son detalles… Luego podrán asistir a reuniones de personal y a reuniones de padres, en las que les pedirán cuentas por las bajas notas de sus hijos; posiblemente escuchen palabras algo airadas, y algunas referencias a sus familias, pero no sucede tan seguido. Por las dudas, hablen a cierta distancia por si algún desubicado les quiere pegar. Detalles, nomás…Y si en sus escuelas hay violencia, algunos fuman porros y otros van chupados, ustedes podrán recibir asistencia de equipos técnicos que les explicarán cómo deben hacer para poner la cara y explicarle eso a los padres quienes acusarán a la escuela de no contenerlos, y a ustedes de meterse en la vida ajena. Pero siempre a cierta distancia, uno nunca sabe… Además podrán organizar actos escolares, excursiones, actos de fin de año, clubes de teatro, organizar una radio escolar, asistir a los actos oficiales, y cada tanto, tener un plantón de varias horas bajo el sol para desfilar con sus alumnos, y podrán saludar sonrientes a las autoridades, que tomarán mate bajo los palcos. No se olviden de sonreír; hay que ser educados. También tendrán oportunidad de recibir capacitaciones con evaluaciones, podrán comprar todos los libros que quieran, asistir a cursos, hacer posgrados arancelados, y todo eso engrosará sus currículos, que les servirán para que alguna vez los inviten a dar alguna charla por ahí. Podrán atender un comedor escolar, hacer beneficios para refaccionar el edificio escolar, denunciar a la policía cuando les roben todo, cuidar de que haya siempre electricidad y que no falte el gas., no vaya a ser que haga calor o frío y los padres se enojen porque sus hijos sufren en su escuela. También podrán disfrutar del paisaje si tienen que hacer dedo en las rutas, para ahorrar en pasajes cuando sus escuelas queden lejos. Pero eso es irrelevante, son algunos miles, nomás. Pero el 11 de septiembre les regalarán flores, habrá algunas lágrimas emocionadas, y eso hará olvidar todos los escasos sinsabores que pueden haber tendido. De todos modos, habrán trabajado poco. Apenas cuatro horas, de lunes a viernes, y solamente nueve meses en el año. Qué cosa, ¿no?

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