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Las ramas tiritan. Las tiesas ramas crepitan.

jueves, 18 de julio de 2013

LABORATORIO DE TEATRO > Tadeusz Kantor



Por Omar Fragapane
en colaboración con Andrea D'arano y Chantal Etevenaux*


            Un nuevo "caso" se inaugura para descubrir el significado de lo que hemos dado en llamar: investigación artística. Aún no hemos podido arribar a una definición clara y certera de la misma; quizás, y aquí tal vez radique el origen de este callejón sin salida al momento de buscar esta definición, porque la investigación artística carece de la utilidad, del fin práctico que tendrá la investigación científica, por el uso tecnológico que se realiza de la misma. La investigación artística podrá hacer uso de la tecnología, pero no creará tecnología. Sólo nos queda remitirnos, para hallar un espacio donde la investigación artística encuentre algo de oxígeno para no abandonar su vida en el cuarto destinado a los objetos inútiles, a ese territorio donde el científico es sólo un ejecutor de la búsqueda del saber, indiferenciado del objeto que investiga y sobre una línea definitoria difusa entre el científico, el artista, el filósofo, y el hechicero.
            Atendiendo al último de los rostros nombrados, la nueva investigación se interna en un caso testigo del siglo XX, Tadeusz Kantor, y de toda su obra una en particular, La clase muerta, de 1975. Realizado el primer avance sobre la próxima labor, haremos un recorrido por el artista, su arte, y la obra sobre la que trabajaremos en el Laboratorio.

            Tadeuz Kantor: Pintor, escenógrafo, autor y director de sus dramas. Kantor atraviesa seis etapas creativas: teatro clandestino, teatro informal, teatro cero, teatro happening, teatro imposible y teatro de la muerte. A este último pertenece La clase muerta:

            “El teatro es la vida concentrada. La clase muerta era exactamente eso: la experiencia de los pueblos concretada en una sola imagen. Un espectáculo tras el cual el teatro no volvió a ser el mismo” (Peter Brook).

     Intentó explicar la esencia de un movimiento artístico: la abstracción en teatro. Su contribución al teatro desde la perspectiva de un artista visual, no ha sido considerada con toda la atención que merece. Los trabajos eruditos dividen su labor en dos fases de evolución: una tiene que ver con su trabajo como artista visual y sus acontecimientos, y la otra con su andamiaje para Cricot 2 Teatro. Haciendo foco en esta segunda fase, el trabajo de Kantor en el campo de artes visual parece ser una clase de pre-estado, un punto de partida, en lugar de una condición que formará su visión teatral, y puede llevarnos a analizar el teatro bajo una nueva luz. Para Kantor el teatro es el punto donde confluyen todas las artes y se pueden transgredir sus límites, por esto se nutrió de recursos no escénicos que tomó de otras disciplinas, como la pintura y la escultura. Kantor se refiere a él mismo "tanto un pintor como un hombre de teatro. Yo nunca he disociado estos dos campos de actividad."
El pasaje de Kantor al teatro no implicó que abandonara la pintura o que sólo agregara una nueva actividad a su vida como artista. La pintura y la actuación a través de la influencia del arte informal y del happening gradualmente sentó las reglas para la visión teatral de Kantor: la materialidad del teatro (o del escenario).

La abstracción - la máquina: el bio-objeto

Es de la pintura toma el concepto de: Abstracción. Para Kantor la ausencia del objeto (la figura humana), es lo que le otorga dramaticidad a la abstracción. Traslada este concepto al teatro e intenta abstraer al sujeto del actor . Lo busca agregándole un objeto. El actor se suma a este objeto formando parte de él. Nace el término bio-objeto: los objetos pueden convertirse en máquinas cuando la persona viviente que es el hombre se involucra con el objeto, de tal manera que llegan a ser uno solo. En esta fusión de ambos se establece el conflicto, que es la competencia planteada entre el objeto y el sujeto por no desaparecer. La tensión que surge de esta lucha debe sostenerse a través del tiempo.
            Las máquinas han tomado el escenario desde muy temprano en la historia del teatro y la actuación. En su Poética Aristóteles declaró que en la habilidad de la trama de una obra, el dramaturgo podría acudir al mecanismo de el Dios máquina, 'Deus ex machina', una expresión del latín usualmente traducida como "Dios que desciende en una máquina." Como recurso, esto significa que los escritores se libraron de los constreñimientos de la realidad y su lógica y podrían resolver las situaciones dramáticas intrincadas a través de la apelación a lo trascendental, lo no-lógico. Así, 'el Deus ex machina' se inscribió primero en el texto dramático constituyendo un dispositivo dramatúrgico.
            Un funcionamiento diferente tiene lugar en las piezas de Tadeusz Kantor. El eminente artista visual polaco y director de teatro empezó a trabajar en el espacio de la lona y entonces se trasladó a cuartos reales, espacios al aire libre, galerías, sótanos y casas teatro. En el trabajo de Kantor la noción de maquinaria teatral adquiere un significado y una función diferente. Si en alguna maquinaria estética estaba al servicio de la ilusión teatral, en Kantor, las máquinas son “objetos-pobres” que producen la realidad escénica. Es decir, el escenario es lo real - no está en el lugar de algo a lo que se refiere - y las máquinas y actores producen su materialidad pura.
            Así, en Kantor, el espacio es la última máquina que forma y complejiza la relación objeto-sujeto.
           
            Una característica que define el trabajo de Kantor es su uso del objeto (el objeto "pobre" que él pondrá como perteneciente a la realidad del rango más bajo y  que entonces definirá como una máquina). El objeto despliega la intersección de su dominio como artista visual, diseñador del escenario y "dramaturgo." Las máquinas-objeto no son los sostenes, ellos no se manejan simplemente por actores/personajes para crear la atmósfera de la obra, ellos forman e imponen las acciones en las figuras humanas, ellos incitan recuerdos, un repertorio de movimientos que pertenece a otros tiempos. Ellos no representan sino que abren la realidad escénica.
El objeto-máquina conecta e interrumpe la cadena de eventos. Así en el teatro de Kantor el tiempo de la representación es el tiempo de la máquina, este tiempo dramatúrgico peculiar, que no tiene que ver con el tiempo de la narración propuesto por el dramaturgo, ni con el tiempo psicológico de los personajes / actores. En las piezas de Kantor el tiempo de la representación es el de las acciones formadas por el objeto-máquina, y la presencia de Kantor en el escenario regula esta "fábrica" como un director musical, o titiritero.
            Curiosamente, de todas las definiciones de "máquina" proporcionadas por el diccionario, es el mecánico el que interesa en su relación al mundo de Kantor: "un dispositivo que transmite o cambia la aplicación de energía: la palanca, rueda, y tornillo son llamadas máquinas simples; es decir, la máquina en su actividad de incitar los recuerdos, conductas, expresiones y movimientos de un cierto tipo". Kantor afirma:

            "Un día comprendí que los objetos podían usarse como máquinas. Los llamé el bio-objetos. El objeto se vuelve la máquina cuando la persona viviente que es el hombre se involucra con el objeto".

            El concepto del objeto-actor que en 1980 adquirió el nombre de bio-objeto, significó una nueva relación entre el objeto y el actor, ambos estaban comprometidos en un espacio que crearon y formaron ambos. El objeto no representa una parte de la ficción, ni funciona como un sostén a ser empleado por los actores en la narración de una historia.

            En un ámbito más ligado a la fundamentación que a la implementación de su pensamiento, plantea que un objeto arrancado de su realidad por un quiebre en la vida se constituye en un Objeto pobre, representando así la Realidad del rango mas bajo: el objeto de uso convencional atravesado por la muerte.

            "La Segunda Guerra Mundial no sólo fue una experiencia personal horrorosa sino también un evento global que interrumpió la ilusión de una acumulación continua de conocimiento sobre un ser humano y sus acciones. La carnicería de la guerra y la existencia de campos de concentración hicieron que la percepción de la realidad de los años anteriores a 1939 ya no fuera posible, a menos que la sociedad acepte que ese genocidio se ha vuelto parte de la herencia de civilizaciones que legitimaron el asesinato. Esta desvalorización de la realidad convencional llevó a Kantor a rechazar imitación, ilusión, y ficción en su arte." (Kobialka 1993)


            Kantor plantea que el arte es autónomo del sujeto y como tal, tiene una esencia vital. Esta esencia vital es lo que él denomina Ur materia. Para Kantor la Ur materia del arte es la realidad del rango más bajo.
           
           
          Hay muchos elementos en el teatro de Kantor que se ofrece para un acercamiento al arte de la actuación: su dominio peculiar de tiempo y narración - el tiempo de la narración que alterna entre la progresión y regresión respecto a “La clase muerta” de Kantor, su uso del texto como uno de los muchos elementos del teatro, y, más pretenciosamente, su rechazo de la representación y la ilusión (y de la psicología como la manera de acercarse a los personajes), trabajando exclusivamente para el logro de una realidad del Teatro Escenario, y podríamos agregar, su concepción del espacio performativo (verificado principalmente en sus primeras producciones y abandonado después).
            Los artistas de la actuación evitan inicialmente 'la estructura dramática y la dinámica psicológica del teatro tradicional o la danza para enfocar 'la presencia corporal y en las actividades de movimiento " (1996: 104). Así, un esfuerzo por examinar un andamiaje bajo la lente del arte de la actuación debe poner el enfoque en las unidades pequeñas, como los eventos, acciones, o "coreografías".



La clase muerta (1975)

Las máquinas pequeñas. Ninguna necesidad para los dispositivos complejos. Estos bancos pobres, de madera, son la palanca que incita las reacciones. Un entendiendo mecánico de conducta: la acción - la reacción. Muchos años han pasado (desde la niñez, desde la muerte), estamos en el reino de la memoria.
            Desde el momento en que los actores toman sus asientos en los bancos, la máquina de la memoria se activa. Uno tiene que estar vivo para activar la máquina. Pero aún esta condición de estar vivo no deja claro si la memoria depende de la voluntad o si es simplemente un resultado de un posicionamiento. Lo qué hemos dicho previamente nos conduce a decidir por la segunda opción. La máquina de la memoria recupera el pasado en la forma de rastros, los fragmentos, recuerdos de lecciones, la repetición, la gramática, marchitándose el entusiasmo, la inocencia. No hay ningún forcejeo en este escenario; aquí damos testimonio de la encarnación residual que la máquina localiza los lugares en este cuerpo colectivo.
Kantor habla sobre su procedimiento acerca de la memoria para La Clase Muerta como “tiempo pasado misteriosamente, se resbaló en tiempo presente” En este espacio condensado, la figura humana se vuelve el cuerpo a través del cual el proceso de la memoria es comunicado, un umbral en el sentido espiritual. Lo que es exterior a la realidad del escenario no es otra realidad que es aludida a través de la representación.
De la necesidad de ilusión (el forcejeo corresponde al estado de la máquina de aniquilación) al retorno de ilusiones muertas. La palanca hace que los cuerpos estallen en semi-cuerpos, figuras humanas de la cintura para arriba, dedos, brazos levantados, señales de que hay una respuesta para proporcionar en esta lección, una marca de algún conocimiento. Lo que aquí importa, para Kantor no es la respuesta sino el gesto, el repertorio de la niñez pasada. Los esfuerzos pálidos, abandonados casi al mismo tiempo en que se promulgan. Esta máquina nos lleva más allá en el pasado pero con el conocimiento de lo que el futuro será. 


            Kantor busca derribar las estrategias de ocultación del ser humano y lo obliga a pensar y a sentir intensamente hasta lo intolerable. Por ese túnel conduce al espectador a otro espacio: a que participe a través de la emoción. Para ello, elige la idea de la muerte, recurso que recrea las emociones más intensas y hace más consciente la vida. En La clase muerta y Wielopole Wielopole el recuerdo de la patria arrasada, la familia destruida y la subjetividad escarnecida no dejan espacio a la autoconmiseración. Kantor apela a la farsa y a la tragedia. El suyo es un rito escénico que declara la guerra a los ritos. Es un creador decidido a no olvidar, aunque el recuerdo lo desgarre.


*Profesoras de Teatro
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Fuente:

El Cuarto Destruido:

El objeto - la Máquina y Acción en el teatro de Tadeusz Kantor.

Marsha Gall

Agosto. 2002

Tadeusz Kantor: Escuela elemental de teatro
Revista Ritornello N° 3 y 4, extraído de revista El tonto del pueblo, traducción del italiano por César Brie de una publicación conjunta entre Ubu Libri y La Escuela de Arte Dramático de MIlán "Paolo Grassi".

T
adeusz Kantor nació el 6 de abril de 1915 en Wielopole y murió en Cracovia el 8 de diciembre de 1990


TEATRO
1938.- La muerte de Tintagiles, de Maeterlinck
1942.- Balladyna, de Juliuz Slowacki
1944.- La vuelta de Ulises, de Stanislaw Wyspianski
1945.- El indigno y los dignos, de Józef Czechowicz
1955.- Junto con Maria Jarema funda Cricot2
1956.- El pulpo, de St. I. Witkiewicz
1957.- El circo, de Kazimierz Mikulski
1961.- En la casa de campo, de St. I. Witkiewicz
1963.- El loco y la monja, de St. I. Witkiewicz
1966.- El armario, basado en En la casa de campo, de St. I. Witkiewicz
1968.- La gallina de agua, de St. I. Witkiewicz
1972.- Zapateros, de St. I. Witkiewicz
1973.- Las graciosas y las monas, deSt. I. Witkiewicz
1975.- La clase muerta
1980.- Wielopole, Wielopole
1985.- ¡Que revienten los artistas!
1988.- Nunca más volveré aquí
1990.- Hoy es mi aniversario

HAPPENINGS Y EMBALAJES
1957.- El circo, de K. Mikulski, primer embalaje
1965.- Critotage, primer happening en Polonia
1966.- Línea de separación y Gran embalaje, happenings
1967.- La carta, happening-Cricotage, Panorámica del mar a orillas del Báltico, happening
1968.- La lección de anatomía, Encuentro con el rinoceronte y Homenaje a Maria Jarema, happenings. La silla embalada, embalaje
1969.- El Teatro Imposible, happening
1979.- ¿Dónde están las nieves de antaño?, critotage

PELÍCULAS Y VIDEOS
Kantor ist da, 1968, dirigida por Dietrich Mahlow
Bolsas, Armario y Paraguas, 1972, dirigida por Dietrich Mahlow
El Guardarropa, 1973, dirigida por Krysztof Miklaszewski
La clase muerta, 1976, dirigida por Andrej Wajda
Tadeusz Kantor, die Familie aus Wielopole, 1980, realizada por Michael Kluth
Kantor, 1985, realizada por Andrej Sapija (documental)
El teatro de Tadeusz Kantor, 1985, realizada por Denis Bablet (documental)
Mi historia del arte, 1985, dirigida por Krysztof Miklaszewski
Que revienten los artistas!, 1987, dirigida por Natan Lilienstein
El regreso de Ulises, 1989, dirigida por Andrej Sapija
La clase muerta, 1989, dirigida por Natan Lilienstein 

MANIFIESTOS, TEXTOS Y ESCRITOS
1960.- Manifiesto del Teatro Informal
1962.- Embalajes
1963.- El Teatro Zero y el Teatro Autónomo
1970.- Multipart y Manifiesto 70
1973.- Teatro Imposible
1975.- El Teatro de la Muerte (ediciones de la Flor, Buenos Aires 1984)
1978.- Pequeño Manifiesto
1986.- Lecciones milanesas
La clase muerta (Pipirijaina 25)
¡Qué revienten los artistas! (Cuadernos El Público 11). Que rebentin els artistes (Mercat de les Flors, en catalán)
Wielopole, Wielopole (Pipirijaina 19-20).
Wielopole, Wielopole (Mercat de les Flors, en catalán)
El pop o la visió hirkanesa del món (traducción de J. M. de Segarra, Institut del Teatre (Biblioteca Teatral, 79)

SOBRE KANTOR (en castellano)
El teatro de Tadeusz Kantor, de Marcos Rosenzvaig (Editorial Leviatán, Buenos Aires 1995)
Tadeusz Kantor, la escena de la memoria (catálogo para la exposición Madrid-Barcelona, Fundació Caixa de Catalunya, 1997)

REVISTAS (en castellano)
Pipirijaina 19-20, Reinventar la vanguardia (entrevista), texto íntegro de Wielopole, Wielopole, Manifiestos...
Primer Acto 189, textos de Kantor, Dos manifiestos, texto de Wielopole, Wielopole...
Pipirijaina 25, Texto de La clase muerta, El Teatro de la Muerte...
El Público 22-23
Cuadernos El Público 11 ¡Qué revienten los artistas!

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