El 24 de diciembre de 1967, aproximadamente a las once de la mañana, Formosa vivió una de las tragedias más graves de su historia. El estallido del material pirotécnico almacenado en el interior de la casa Regalux S.R.L., iniciaba un voraz incendio que se convertiría en prisión para las decenas de clientes, empleados y colaboradores de esa firma comercial.
Regalux, que se encontraba ubicada en la calle España 123, era entonces la casa más exquisita, la más tradicional y renombrada de aquellos años. Sus ofertas incomparables, publicadas en La Mañana, generaban la ansiedad de los compradores, especialmente por los artículos de juguetería y pirotecnia. Sus precios no tenían competencia y su clientela no dejaba de elogiar la comodidad y amabilidad con que se los atendía. Cada día, amigos, trabajadores y clientes, se movían infinitamente entre los mostradores y las tres líneas de caja, y llenaban de vitalidad las jornadas laborables de Formosa.
Pero en aquella mañana de diciembre de 1967 nadie imaginaba que el encuentro cotidiano y festivo se convertiría en una de las peores tragedias. No se sabe con certeza cómo ocurrió, pero enseguida grandes lenguas de fuego comenzaron a envolver la casa de regalos. En pocos minutos el incendio se tornó incontrolable y el edificio se transformó en una trampa mortal.
Los testigos narraban cómo veían salir de Regalux a muchas personas envueltas en llamas, pidiendo ayuda, gritando palabras incomprensibles, o rompiendo las vidrieras para huir con desesperación.
En medio del caos, varios hombres, mujeres y niños se salvaron, pero los bomberos poco pudieron hacer para sofocar el fuego indomable. La ciudad fue asaltada por la congoja y el dolor. Esa mañana, más de 17 personas no pudieron encontrar una salida alternativa para salvar sus vidas.
Adaptado del libro “Regalux”. Crónica de una tragedia, de Juan Carlos Pelosi, (Formosa: 2002); y el artículo “Trágica navidad: ¡Fuego!”, publicado en Guía Amarilla de Formosa (Agosto 2004)
Yo tenia 11 años. Había entrado con mi hermana que tenia 10. Cuando empezó a salir humo de la estantería de pirotecnia, una empleada del fondo del local gritó: "Apagá eso Alicia...". Y luego una explosión. Cuando me desperté estaba todo en llamas. Intenté salir, cuando un bombero me vio gateando hacia la puerta, se metió y me rescató. Quisiera saber quien fue, para darle las gracias. Mi hermana no lo logró.
ResponderEliminarYo escuché el relato de una persona a que perdió un familiar en la tragedia.
ResponderEliminarMuy doloroso,horrible..